He tenido la oportunidad de ser docente en numerosas ocasiones de un módulo transversal en Formación Profesional para el Empleo, que no siempre es satisfactorio, ni para quién lo imparte, ni para quién lo recibe. Hablamos del Módulo MFOO03, Orientación laboral, sensibilización medioambiental y en igualdad de género. Se trata de ese “trámite” por el que debemos pasar, nos guste o no, para obtener nuestro querido certificado. Sinceramente, creo que tiene mucha más importancia de la que le damos, porque la docencia de la formación profesional para el empleo debe estar siempre dirigida hacia la orientación laboral y porque el medioambiente y la igualdad son aspectos necesarios para la vida en sociedad. Por lo tanto, este módulo se presenta no sólo como una oportunidad de intervención social, si no, como un momento clave para afianzar aspectos prelaborales o laborales que no deben pasar desapercibidos.
Piensa en el alumnado que has tenido hasta el momento. ¿Cuántas necesidades de orientación laboral has detectado?, ¿Cuántas veces han tenido comportamientos no adecuados hacia el medioambiente?, ¿Cuántas veces has oído hablar de manera peyorativa hacia las mujeres y/o la igualdad?. Como docentes, es habitual acompañar al alumnado no sólo en los contenidos de los módulos, sino también en aspectos laborales que surgen en el transcurso de su impartición o en la transmisión de valores como pueden ser las competencias blandas. Entonces, por qué no aprovechar estas 10 horas que nos regala el Catálogo de Especialidades Formativas, Orden TMS/283/2019, de 12 de marzo, para reivindicar y formar al alumnado en tres áreas tan necesarias para el éxito laboral y social.
Este es un módulo transversal a todos los certificados de profesionalidad, accesible a personas con o sin estudios, personas en situación de desempleo o empleadas, personas en edad laboral, con o sin competencias digitales, en contextos en línea o presenciales. Hablamos, como ya hemos mencionado, de un módulo de 10 horas, seis para orientación laboral y dos para cada ámbito de sensibilización. Un módulo que puede estar asociado a una formación en electricidad, en jardinería, administración, trabajo comunitario, arte, turismo, en total 26 familias profesionales que deben dedicar este tiempo a formarse con correspondencia a su especialidad.
Mi misión es conseguir crear una propuesta global, que se sirva de este gran abanico de posibilidades, para motivar a docentes y estudiantes y que sea, sobre todo, útil. Vamos a tratar, desde la perspectiva del diseño tecnopedagógico, de crear un producto que cumpla los requisitos formales del módulo, que se adecúe a todas las posibles especialidades, y que además participe del proyecto de Agora Abierta. Es decir, que sea una pieza más del metaverso de la Torre de las Ideas, que emerja como una propuesta gamificada valiéndose de un videojuego en dos dimensiones.
Con todo esto en mente, crearemos una historia que presente un escape room, en la que el alumnado tenga que sumergirse para superar la asignatura, donde la profesional de la docencia pueda ejercer un rol de guía, dejando el protagonismo a quién aprende. Diseñaremos pruebas, tareas, espacios inmersivos que hagan del juego una realidad educativa. Emplearemos una metodología activa y basada en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), tratando de conseguir un entorno en el que la colaboración y la participación sean primordiales. En el proceso, daremos la oportunidad a diferentes inteligencias generativas de ayudarnos en la tarea, de ser también protagonistas del diseño y la ideación.
El reto no ha hecho nada más que empezar, en la próxima entrada, presentaremos el primer prototipo de este desafío, os hablaremos del proceso que nos ha guiado, de los obstáculos encontrados, y de las soluciones que hayamos encontrado en el camino.
Como dijo Pier Paolo Pasolini en Pajaritos y pajarracos (1966): “el camino se acaba y el viaje no ha hecho nada más que comenzar”
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